Los mitos y leyendas son en su mayoría relatos de tradición oral que han sobrevivido a lo largo de los siglos, por lo que acceder a ellos es establecer una conexión con un tiempo pasado y con el saber de la oralidad. Conectan a los niños con generaciones y mundos anteriores a ellos.
Para la literatura, los mitos y las leyendas son un género textual. Para antropólogos e historiadores (por ser expresiones de una manera de ver el mundo) son fuentes para estudiar las sociedades que las crearon.
Para quienes trabajamos con literatura infantil, son manifestaciones artísticas y culturales que deben formar parte del camino lector de todos, pero en especial de los niños y jóvenes, pues amplían su repertorio de referentes que han sostenido a la humanidad desde sus inicios. Conocer el mito de la caverna de Platón, la leyenda del delfín rosado, el mito de la creación japonés, el mito masái sobre el origen de la vida y la muerte, la leyenda rusa de la matrioska (entre otros) es un camino importante cuando pensamos en la diversidad y la creatividad. El acceso a múltiples narrativas expone diversas formas de pensamiento y moral, facilitando la identificación del mundo en su pluralidad.
¿Cuál es la diferencia entre mitos y leyendas?
Ambas palabras tienen un sentido narrativo porque se refieren a eventos inexplicables, como la acción de la naturaleza o de personas extraordinarias.
Actualmente, los términos mito y leyenda se suelen utilizar de forma equivalente, pero fueron creados en épocas lejanas, desde distintos idiomas y con distintos propósitos. El más antiguo es el término mito. Con origen en la Antigua Grecia, la palabra mito tenía muchos significados, pero fundamentalmente era un “discurso” o un “mensaje”. La palabra leyenda, por otro lado, deriva del latín medieval de la palabra “legenda”, que se refería a la “vida de los santos”.
Podemos ver, por lo tanto, que cuando fueron creados, no tenían el sentido actual de contrastar con la verdad, también porque estas dos palabras no tenían la ciencia como base de la verdad, sino la religiosidad. Tanto las palabras de origen griego como la de origen latino traían consigo narraciones imaginarias, pero ninguna de ellas era percibida como mentira, sino al contrario, los mensajes que traían servían de guía para vivir.
Cuando el pensamiento científico se convirtió en el referente de la verdad, tales narraciones cambiaron de valor, presentándose como explicaciones falsas. Las sociedades que las utilizaron para explicar el mundo (como los pueblos indígenas de las Américas) fueron vistas como inferiores y los grupos que lo hicieron dentro de la propia sociedad europea (donde se desarrolló la idea de la verdad científica) pasaron a ser vistos como ignorantes atrapados en sus creencias.
Mitos, leyendas y literatura infantil
Esta magia de la vida se deshace por la objetividad y el pragmatismo, estancados en el “tener que” de la vida cotidiana. Pero no se pierde para siempre. Los libros personalizados con un mundo de diferentes historias maravillosas, como las nuestras en Materlu, están disponibles para cualquiera que dedique tiempo para la observación, la extrañeza y el asombro. Lo sabemos, porque es genial encontrar la poesía escondida de una palabra, una imagen o una canción que nos permite mirar el mundo con otros ojos y, por un instante, recuperamos la sorpresa que vive un bebé cuando experimenta algo por primera vez.
Las madres suelen jugar al escondite con sus bebés y se puede ver la sorpresa y el placer que eso provoca en los niños, pero estos sentimientos también se extienden a innumerables momentos de la vida de los niños, porque son el resultado del descubrimiento del mundo: cuando encajan las cosas por sí mismos, cuando descubren sonidos, cuando aprenden a encender y apagar luces… cosas sencillas que los adultos naturalizamos y no notamos ni valoramos.
Las palabras son un ejemplo poderoso. Después de que aprendemos a hablar, leer y escribir, la regla es hacer uso de ellos sin pensar. No nos preguntamos de dónde o cómo vinieron o si siempre han sido así. Pero la mejor manera de pensar en mitos y leyendas es precisamente recordar que las palabras fueron inventadas en un tiempo y espacio determinados para expresar el pensamiento y que su uso por las generaciones posteriores acarreó las diferentes experiencias que posteriormente se vivieron.
¿Vamos a dejarnos engatusar por la fábrica de imaginación que son las preguntas? ¿Mirar con extrañeza lo que parece obvio y permitirnos experimentar la sorpresa y el placer de los bebés?
Los mitos y leyendas son referencias de memoria e identidad y, por reconocimiento o contraste, nos ayudan a comprender quiénes somos y conectan a niños y jóvenes entre sí y con otros tiempos y formas de ver el mundo.