Los niños tienen una habilidad increíble para aprender cosas nuevas, entre otras aprender idiomas inconscientemente, aplicar y entender reglas gramaticales e imitar correctamente la pronunciación de la lengua que usan. La lectura forma una parte clave en la adquisición de idiomas, especialmente para los niños, que también se puede utilizar para mejorar y aprender idiomas extranjeros. Por esta razón, hacer que tu hijo o hija empiece la lectura a una edad temprana es una manera de asegurar el éxito en el aprendizaje de un idioma extranjero.
Los libros, especialmente los cuentos para niños, que normalmente contienen muchas ilustraciones, les permiten entender fácilmente el contexto de la historia sin necesidad de buscar vocabulario. Esto hace que los niños obtengan vocabulario con rapidez, especialmente dado que las palabras usadas en un cuento se suelen repetir varias veces a lo largo de la historia y en las historias que contienen diálogos se muestra el lenguaje que se utiliza frecuentemente en las conversaciones cotidianas. Este vocabulario es clave y verlo con contexto es un beneficio enorme para aprender un idioma.
Tampoco es necesario que el libro sea ilustrado. Los libros normalmente están escritos de una manera que busca reforzar el aprendizaje de idiomas, dado que, a menudo, este es uno de los objetivos de la lectura infantil aun en el idioma materno. El uso del lenguaje en contextos familiares y naturales y la repetición de palabras en los libros permite al lector ver las estructuras naturales de la lengua, que es la manera más natural de aprenderlo. Además, si hablamos del aprendizaje del inglés, los niños angloparlantes suelen aprender a través de la lectura en las clases de lengua y no estudian reglas gramaticales en profundidad, dado que esto es algo que los niños pueden deducir a través de la lectura. Por este motivo, el aprendizaje a través de los libros imita al aprendizaje real de los idiomas y permite que vean la ortografía de las palabras y la memoricen sin demasiado esfuerzo. Esto puede ser uno de los aspectos más complicados en el aprendizaje de idiomas como el francés o el inglés, por ejemplo, ya que no son idiomas fonéticos, por lo que la lectura ofrece una ventaja que cabe destacar.
Si combinamos la lectura con un aporte audiovisual para trabajar otras habilidades lingüísticas, la lectura puede convertirse en una herramienta verdaderamente útil en cuanto a las competencias en una lengua. Hay que asegurarse de que los niños escuchen las palabras del libro, ya sea por medio de un audiolibro o por medio de los padres si conocen la pronunciación. Si trabajamos con ellos contándoles la historia en voz alta y corregimos los fallos en la pronunciación, también practicarán el idioma hablado. Todo eso asegura de que los niños trabajan varias destrezas lingüísticas solo a través de una historia: su expresión, su comprensión oral y su comprensión de lectura. Si combinamos los libros con juegos o clases en el idioma extranjero y animamos a nuestros hijos a escribir sus propios cuentos, el niño va a mejorar rápidamente su nivel. Los libros creativos de Materlu, por ejemplo, tienen una versión de audiolibro y, además los cuentos son completamente personalizables, lo que aporta una inmersión que va a motivar a los más pequeños a entender todo lo que dicen, aun en un idioma extranjero.
Cuando hablamos de otras fuentes audiovisuales, podríamos incluir videos, películas y videojuegos. Una idea podría ser de leer un libro que tiene una adaptación cinematográfica. Se puede leer primero el libro en el idioma extranjero y luego ver la película en este idioma, una vez con subtítulos y otra vez sin subtítulos, para ofrecer un refuerzo completo del idioma elegido. Cuanto más expuestos al vocabulario aprendido y en contexto, más probable que se retenga en la memoria a largo plazo. Aunque queremos que la lectura sea algo divertido, hay maneras de convertirlo en un pasatiempo aún más pedagógico, usando pequeñas estrategias como estas y de las que hablaremos a continuación.
Otra manera de mejorar el aprendizaje de idiomas es leer libros que ya has se han leído en el idioma materno en otro idioma extranjero. Esta técnica es útil al inicio del aprendizaje de una lengua dado que el niño estará familiarizado con la historia, los personajes y el vocabulario, permitiendo una lectura fácil y más natural sin tener que buscar demasiadas palabras. Sin embargo, siempre recomendamos apuntar las palabras desconocidas al leer algo en otra lengua y revisar la lista de vocabulario más tarde. Escribir las palabras hace que el cerebro retenga la información y el uso de aplicaciones para aprender vocabulario y la creación de listas de vocabulario a través de juegos y flaschards, como la aplicación de Quizlet, permite un aprendizaje divertido y eficaz.
Se puede aprovechar aun más de la lectura si lees a través de libros electrónicos o con un Kindle, por ejemplo, dado que estos aparatos tienen una función que nos permite destacar palabras nuevas y buscarlas automáticamente en el diccionario, previniendo que el lector se distraiga y ofreciendo una manera rápida y sencilla de consolidar vocabulario nuevo.
Comenzar con la lectura a una edad temprana, ya sea en el idioma materno o en otro, tiene muchos beneficios cognitivos y conforma un buen hábito. Los niños que leen mucho están acostumbrados a usar su imaginación y su creatividad, disfrutan mucho de la lectura, algo que les será muy útil en sus estudios y, como hablamos en este artículo, tienen una ventaja en cuanto a la noción de otras lenguas.
Para concluir, hay que decir que la lectura es un modo de diversión y una actividad de ocio que también brinda múltiples ventajas a la hora de estudiar idiomas extranjeros. La lectura infantil combinada con diversos trucos para hacer la exposición a un idioma aún más eficaz es una herramienta divertida para ampliar las competencias de un niño en la adquisición de un idioma.