Uno de los vínculos más importantes para un niño es el que tiene con sus hermanos. Tener un hermano o una hermana es un recurso muy valioso que aporta muchos beneficios, tanto sociales como de desarrollo cognitivo. Es una relación que también ofrece muchas ventajas en lo que respecta a la salud. Se trata de un vínculo especial e indisoluble que dura para siempre.
Los niños que tienen un hermano o una hermana desde los primeros años de sus vidas se ven obligados a compartir (un juguete o una habitación, por ejemplo) y esto les ayudará a desarrollar el valor de compartir, lo que hará que el niño sea más altruista con otros niños y también cuando sea adulto. También les ayudará a mejorar las habilidades para estar en grupo y trabajar en equipo. Los hermanos comparten los padres y esto puede causar celos que, si son manejados adecuadamente por el padre y la madre, no tendrán consecuencias en el desarrollo del niño; al contrario, le ayudarán a desarrollar su madurez social y emocional. Este sentimiento, de hecho, hará que las futuras relaciones sociales sean más fáciles y más serenas.
Además de los celos, a veces, en una relación entre hermanos no faltan las pequeñas peleas o las disputas que, en un principio, podrían representar algo negativo, pero en realidad permiten afinar habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás, favorecer el crecimiento y prepararlo para enfrentarse al mundo lo mejor posible. Por lo tanto, al contrario de lo que se podría pensar, las peleas entre hermanos son una herramienta útil que se considera como una oportunidad para el crecimiento y la maduración del niño que de esta manera aprende a resolver los problemas de la mejor manera posible.
Pero, a pesar de los momentos de celos y peleas, dos hermanos que pasan juntos la mayor parte del tiempo desarrollarán un amor y una amistad profunda que los hará cómplices. Jugando juntos, además de disfrutar y mejorar sus habilidades de juego, los hermanos aprenden a negociar, a ceder, a priorizar las necesidades del otro y a desarrollar una mayor generosidad y empatía. Esto último es, de hecho, uno de los principales beneficios de las relaciones entre hermanos y lo confirma un estudio realizado por las universidades de Toronto, Calgary, Laval y la universidad israelí de Tel Aviv. Esta investigación afirma que los hermanos mayores desempeñan un papel fundamental en la vida de los hermanos menores y les ayudan a sentir afecto y empatía, pero, al mismo tiempo, sostiene que los hermanos menores también influyen en los mayores y, por lo tanto, se ayudan recíprocamente a desarrollar estas habilidades.
Tal y como afirma el estudio realizado por dichas universidades, el hermano mayor desempeña un papel muy importante y, muy frecuentemente, se considera una figura y un punto de referencia indispensable. Para el hermano menor, es un modelo a seguir y, a veces, incluso trata de “imitarlo” para ser como él. Los hermanos mayores aprenden la importancia de cuidar de los hermanos menores y enseñan la independencia, la autonomía y los valores del respeto y la cooperación. Adquieren un sentido de responsabilidad ante los hermanos menores y esto les lleva a una mayor imaginación y pensamiento flexible. Los hermanos menores ven a los mayores no solo como modelos a imitar, sino también como fuente de compañía y como sus mejores confidentes. Se sienten protegidos y recurren a ellos en momentos de dificultad. Este vínculo que se crea en los primeros años de vida se extenderá también a la edad adulta.
La relación entre hermanos, como ya hemos mencionado, es muy importante para el desarrollo a nivel social y cognitivo, pero también con respecto a la salud. De hecho, tiene efectos beneficiosos para la salud, tanto de niños como de adultos. Según un estudio publicado en el Journal of Family Psychology, tener un hermano o hermana hace que uno sea mucho más feliz y ayuda a tener una mayor autoestima. Esto significa que cuando tienes un hermano o hermana, te sientes menos solo, más querido y menos inseguro.
El vínculo entre hermanos también ofrece otra ventaja: prolonga la vida. Lo afirma un estudio realizado por varios investigadores y publicado en la revista PLoS Medicine. Según este estudio, tener un hermano o hermana alarga la vida en siete años. Esto se debe al hecho de que cuidarse mutuamente ayuda a cuidarse a uno mismo, o al hecho de que en momentos de dificultad siempre hay alguien dispuesto a apoyarnos y ayudarnos. De hecho, los hermanos se apoyan y ayudan mutuamente en todo momento, tanto en los momentos de felicidad como en los más complicados. Son un apoyo moral constante y una referencia emocional ante cualquier situación y obstáculo que se les presente. Son ese refugio seguro al que siempre se puede volver, encontrando afecto, calor y apoyo.
Como ya hemos dicho, compartir es un elemento importante en la relación entre hermanos. Compartir un juguete o una habitación enseña a ser altruistas y ayuda a desarrollar habilidades que serán fundamentales durante el crecimiento y la edad adulta. Pero también es importante compartir juntos actividades. Puede ser una idea estimulante dedicar algo de tiempo a la lectura y, por qué no, leer un libro personalizado, como “La corona mágica”, “Bicicleta para dos” o “Bicicleta para tres”, para que puedan experimentar y aprender más sobre el concepto de compartir. ¿Qué puede ser mejor que leer junto a tu hermano o hermana? ¡Todo esto es posible! En Materlu te ayudaremos a que tus hijos puedan reforzar el vínculo entre hermanos a través de la lectura.