Hablar, escribir y leer son los tres ejes rectores de la lectoescritura, que va mucho más allá de enseñarle a un niño a leer y escribir. También significa enseñarle a entender lo que ha leído y hacer uso del conocimiento. Sabemos, sin embargo, que a veces es difícil despertar el interés de los niños por el lenguaje. Con esto en mente, vamos a enumerar y explicar algunas sugerencias de juegos dinámicos que puedes utilizar para animar a tus hijos a leer. ¡Échales un vistazo!
Desde monólogos dramatizados hasta el uso de lectores digitales, existen muchas técnicas de lectura dinámica que pueden ayudar a los niños a interesarse por el mundo de las palabras. A continuación, os dejamos más detalles sobre algunas actividades para poner en práctica en el aula o en casa. Recuerda que, en tiempos de aprendizaje a distancia, la mayoría de ellos se pueden adaptar al entorno virtual.
Lectura con sopa de letras
Esta es una forma interactiva de aplicar las habilidades lingüísticas en los primeros años de escuela, cuando los niños están aprendiendo a leer y comprender palabras. Básicamente consiste en un juego de búsqueda y asimilación que contribuye al desarrollo de la habilidad lectora del alumno.
Para comenzar esta actividad de lectura, el maestro, padre u otro educador debe elegir diez palabras y escribir cada una dos veces en tarjetas separadas, generando así un total de veinte tarjetas y dos mazos. El siguiente paso es esconder uno de los mazos por la habitación, como en una estantería, en un tablón de anuncios o en un escritorio.
Después, el educador debe entregar el segundo mazo de tarjetas al pequeño para que busque la palabra que coincida con la primera tarjeta que tiene en la mano. Es posible que el niño encuentre una carta diferente, pero en este caso, debe reconocer que no es la misma palabra que la que tiene en sus manos y continuar la búsqueda.
Círculo de lectura
Otra idea para llevar a cabo una actividad de alfabetización atractiva es el círculo de lectura. Una vez sentados en círculo, cada niño lee un pasaje de un texto, que debe variar entre diferentes géneros para que el repertorio lingüístico de los niños se amplíe.
En este tipo de ejercicio de lectura, es importante seleccionar materiales y contenidos de calidad que vayan más allá de los cuentos de hadas. El educador puede, por ejemplo, traer noticias que traten temas de interés para los niños e invitarlos a debatir.
En el círculo de lectura, los niños pueden aprender sobre las características que distinguen los géneros textuales, los usos y funciones de la escritura y las distinciones entre expresión escrita y oral. Además, se acostumbran al lenguaje y elementos contenidos en diferentes tipos de textos.
Club de lectura
Crear un club de lectura es una forma divertida de establecer metas y fomentar la lectura de una manera creativa. Las reuniones pueden tener lugar cada mes o cada dos semanas, por ejemplo, y todos los participantes deben leer el libro que está en la agenda y venir al club de lectura listos para discutir sobre la trama y plantear temas relevantes.
Para hacer del club de lectura un espacio democrático, hay que pedir a los pequeños que propongan algunos títulos y que se lleve a cabo una votación para elegir qué libro leer. Otra idea es organizar las reuniones en diferentes entornos, como un patio de recreo, una biblioteca o un parque. Esta actividad también se puede realizar de forma remota, a través de Internet.
Fuente de noticias de Facebook
La presencia de la tecnología en el día a día de la mayoría de los niños y adolescentes es incuestionable. Entonces, ¿por qué no aceptarlo e incorporarlo también en las actividades de lectura? Esta es una forma segura de relacionarse con tus hijos.
Es difícil encontrar un alumno de primaria que no tenga perfil en Facebook. La idea, entonces, es convertir la lectura en un timeline de feed de noticias en esta red social. ¿Cómo? Muy simple: pide a los peques que transformen colectivamente un pasaje del libro en la conversación cotidiana de una publicación de Facebook.
Para ello, pueden crear perfiles con los nombres de los personajes e iniciar un feed de noticias, es decir, un diálogo en el que cada personaje dice algo y a partir de ahí se desarrolla la historia. Agregar imágenes, globos de diálogo, GIF, emojis, memes, enlaces y todo lo que es común en las redes sociales también es una excelente manera de darle un aire cómico a la tarea.
Monólogo dramatizado
La literatura es una gran herramienta para estimular el entusiasmo de los niños por la lectura y la escritura. Sin embargo, el adulto encargado de ello necesita ser capaz de hacer más atractivo y creativo el momento de la lectura, es decir, permitir que el niño se escape un poco de lo tradicional para demostrar que esos momentos también pueden ser divertidos.
Una sugerencia es dramatizar el texto después de la interpretación. Esta propuesta tiene todo para brindar momentos de relajación mientras lo más pequeños desarrollan habilidades como la lectura y la comprensión, el habla desinhibida y la expresión corporal.
Comenzar con un monólogo dramatizado no es difícil. Simplemente elige una escena del texto, preferiblemente un pasaje breve y sin complicaciones, y pídeles que participen en la historia durante la realización de la actividad de lectura.
Lectores digitales
Los estudiantes nacidos en la era digital adoran las actividades que involucran dispositivos electrónicos. Una forma de combinar la lectura con la tecnología es presentarles herramientas como Kindle o Lev. Con estos utensilios, es posible leer libros digitales (llamados eBooks) sin tener que cargar con un peso extra en la mochila.
Otra opción es instalar aplicaciones de lectura en teléfonos inteligentes o tablets. Al igual que los libros digitales, le permiten leer varios títulos a la vez y son livianos para llevarlos encima.
De esta manera, las actividades de lectura pueden adaptarse a las preferencias de los niños, involucrándolos cada vez más en la práctica de la lectura de libros.
Las actividades lúdicas, como las mencionadas en este texto, son esenciales para la formación de lectores comprometidos, críticos y participativos, ya que los niños se encuentran con diferentes géneros textuales y aprenden a amar la literatura en todas sus formas.